Reseña de la presencia y paso de las Hermanas del Buen Pastor en el Centro Penitenciario Femenino

     Con fecha 12 de Abril de 1864, bajo el gobierno del presidente José Joaquín Pérez, se emite el Decreto presidencial N°343 por el que el Gobierno de Chile entrega la administración de la Casa Correccional de Mujeres a la Congregación del Buen Pastor.

 Las Señoras de la Sociedad de Beneficencia de Santiago, quienes visitaban a las detenidas en la Correccional y ejercían acciones caritativas con ellas, estaban alarmadas por el estado en que vivían las mujeres allí recluidas. El Capellán de la Casa Provincial del Buen Pastor de Santiago insistió en este asunto y es así como empezaron a interesar a las religiosas del Buen Pastor en esta causa.

La novicia Josefa Fernández Concha era pariente cercana del Presidente don José Joaquín Pérez y también del Ministro de Justicia Sr. Güemes. Se acordó una entrevista entre ambos en junio de 1862. La novicia, después de los saludos de rigor, le dijo: "Te pido le entregues a la Congregación del Buen Pastor la dirección de la Casa Correccional de mujeres", a lo que el ministro respondió: "Si mil peticiones como éstas me hicieres todas te serían concedidas". Tanto el ministro como las hermanas quedaron seguros de que esta iniciativa produciría abundantes frutos de dignificación de las mujeres encarceladas. Las hermanas visitaron la cárcel y propusieron reformas al reglamento, cambios en la estructura del edificio y otros. El Gobierno solicita a la Superiora General hermanas para esta nueva fundación y la Fundadora del Buen Pastor, Madre María Eufrasia Pelletier, ya al corriente de esta nueva y bella misión, escoge cuatro hermanas amantes de la misión en el extranjero y capacitadas para dirigir esta Obra. Son religiosas que sólo desean entregar su amor a las mujeres desvalidas y marginadas por la sociedad.

En 1862 la Casa Correccional estaba a cargo de funcionarios laicos y soldados y se hallaba ubicada en la calle Agustinas, abajo, frente a la Palma y ocupaba una casa muy deteriorada.

En 1863 parten desde Francia cuatro religiosas francesas, para hacerse cargo de tan noble misión. Fueron recibidas en Valparaíso en julio por las superioras de San Felipe, Madre Fitzpatrick y de La Serena, Madre San Ambrosio, además de algunas señoras de la Sociedad de Beneficencia. Después de unos meses, las recién llegas aceptaron alojar en la Correccional, exigiendo algunas reparaciones indispensables para el decoro y disciplina.

La instalación oficial se hizo el 24 de Abril de 1864 presidida por el arzobispo de Santiago Monseñor Valdivieso y la presencia del Ministro de Justicia Sr. Güemes. Predicó el Pbro. Don Mariano Casanova y de su sermón destacamos lo siguiente: "Una prisión, bajo cualesquier aspecto que se la considere, es para el cristiano un lugar solitario en el que sufren sus hermanos, en que trabajan por regenerarse para volver de nuevo a la sociedad a prestar sus servicios. Al confiar esta Casa a las religiosas del Buen Pastor, no nos proponemos solamente fomentar la piedad cristiana; a la piedad fuerza es que la acompañe la laboriosidad.

Fomentar el amor al trabajo y el odio a la pereza es otro de los bienes que se verán realizados." El primer Capellán de la Correccional fue el Pbro Larrain.

La Casa Correccional, estrecha, larga y en pésimas condiciones albergaba 104 mujeres de entre 16 a 75 años de edad. La superiora fue la hermana María de la Redención, y la encargada directa de las detenidas fue la religiosa francesa Sor María Teodora de la Cruz Fontaine que contaba veintidós años y uno de profesión. El cambio en la Cárcel fue un hecho inmediato. Recordemos algunos aspectos: la comida de las internas contratada en el exterior, era asquerosa según cuentan los Anales del Buen Pastor; las hermanas decidieron hacer la comida en casa. El 25 de julio de 1865, un año largo después de la instalación, lograron que la Municipalidad pasara 10 centavos diarios para el alimento de cada presa, cantidad que, administrada por las hermanas, se convirtió en un festín para las internas. El vestido era deplorable. Las hermanas se pusieron a confeccionar lo más elemental en vestuario para las mujeres, también a arreglar ropa de hombre que había en el penal, para vender. Como no había sillas, ni muebles ni ajuar de ninguna clase, con las ganancias pudieron ir amueblando el comedor y la sala. Compraron platos y cubiertos. Así pudieron cambiar sus hábitos de comida desde el suelo a la mesa de comedor, y de la posición encuclillas por la de sentadas. Les enseñaron a cuidar los muebles que seguramente los hubo, pero estaban destrozados. Fundamentalmente aprendieron a cuidar de sus personas. Cambio de residencia. El l5 de agosto de 1866 se hizo la solemne traslación al nuevo edificio de la Correccional, a la casa llamada Ejercicios de Sta Rosa, ubicado en la calle del mismo nombre, y el 4 de Junio de 1867 se establece por decreto gubernamental una escuela elemental para detenidas En 1874 las hermanas establecen una sección aparte para la mamás que ingresan con sus hijos pequeños, la que estuvo a cargo de una seglar. En 1886, el Presidente de la República, Don Domingo Santa María, encargó a Madre Josefa Fernández Concha visitar las cárceles de Europa y comprar útiles para talleres que pudieran establecerse en Chile. Dio orden a los diferentes cónsules que las atendieran. A su regreso hizo saber al Presidente que respecto al sistema carcelario no había encontrado nada superior a los que existía en Chile. Las mujeres procesadas que antes iban a la Penitenciaría, son acogidas en la Correccional del Buen Pastor gracias a los sentimientos de compasión y a la gestión de las hermanas Fernández Concha. Contentas estaban las religiosas y las internas en “Santa Rosa”, cuando el Gobierno de Chile decide convertir ese inmueble en cuartel, y trasladar la Correccional a la calle San Pablo a un edificio que había sido otro cuartel y que distaba mucho de ofrecer las comodidades anteriores. La permanencia en esta casa fue de corta duración. A los dos años, en 1897, el Gobierno dispuso otro cambio de local, esta vez a la calle Lira #133 donde se encontraba una Casa Quinta que pertenecía al arzobispo de Santiago, Monseñor Mariano Casanova; el gobierno la compró para Casa Correccional. Era una propiedad física sólida, moderna para su época. Sor María de la Trinidad Urzúa, su superiora, asumió el gobierno de esta Casa y la construcción de la hermosa iglesia San Miguel Arcángel, donde actualmente funciona la Parroquia de La Fuerza Aérea en Santiago. Muchas de las mujeres que cumplían su condena no querían irse y les pidieron a las hermanas poderse quedar allí, ya que se sentían felices, cerca de Dios, con trabajo, con responsabilidades y lo más importante le habían encontrado sentido a sus vidas. El Intendente de Santiago aprobó esta sección que se llamó de “Las libres”. Dos años más tarde el Alcalde les quitó la subvención, de modo que las hermanas se hicieron cargo de su mantención. En esta sección surgieron hermosas vocaciones religiosas. En 1901, la superiora Mónica de la Cruz Vergara concibió la idea de desahogar el estrecho penal. Este fue el punto de partida de la creación de la Casa del Buen Pastor de Ñuñoa, nacida como un anexo de la Cárcel de Mujeres y dirigida por la misma superiora. Este anexo dura hasta 1905 en que esta comunidad y correccional funcionan en forma autónoma.

A lo largo de los años y con la iniciativa de las superioras, la Obra fue experimentando un progresivo e ininterrumpido impulso de modernización: Modernos talleres de corte y confección de ropa de trabajo para aprendizaje de las internas, lavandería, arte coral, teatral, deporte, guitarra, viveros, crianza de conejos, exportación de obras textiles al extranjero... Cada superiora fue aportando iniciativas y ejecución en lo ambiental, en lo físico, en lo cultural y en lo espiritual a fin de hacer de ella una residencia cada día más adecuada a su objetivo de rehabilitación de la mujer privada de libertad. Con el correr del tiempo y ya en el siglo XX, el aumento de la población penal y la complejidad de los nuevos delitos hizo necesario superar el problema de carencia de personal idóneo y preparado que colaborara en la vigilancia seria y rehabilitadora. Hasta entonces las hermanas trabajaban solas en esta misión, con algunas personas que contrataban y con las mismas mujeres encarceladas a quienes entregaban responsabilidades según sus capacidades y a quienes se las ibas formando en su autoestima y liderazgo. Corrían los años 1939 y 1940 cuando Hermana Margarita Martínez-Conde propuso a las autoridades las tres primeras "ayudantes" de las religiosas en su trabajo diario en las secciones; fueron aceptadas por el gobierno y trabajaron largos años con excelentes resultados. Quizá fueron las precursoras de las vigilantes de Gendarmería.

En 1950 Hermana Clotilde Pérez vislumbra un mejoramiento para las internas. Sabe que los Padres del Verbo Divino venden una propiedad en Vicuña Mackenna # 5065, camino a Puente Alto, que fue noviciado e internado para sus seminaristas y para su colegio. Eran 9 hectáreas agrícolas con buenos y sólidos pabellones independientes. Hermana Clotilde activó todas las instancias y obtuvo el beneplácito del Ministerio de Justicia, quien compró el predio y lo destinó a la Casa Correccional de Santiago.

En la década de 1970, a pedido del Buen Pastor, el Ministerio de Justicia cambia la denominación de Casa Correccional por Centro de orientación Femenina (COF). El año 1974 Gendarmería crea la Escuela para Gendarmes mujeres, contribuyendo a su formación las Hermanas Cristina Vergara y Matilde Cálad, con clases de psicología y moral, respectivamente. Más adelante Hermana Rosario Arévalo en su calidad de Alcaide de la Cárcel femenina, hace gestiones ante el Ministerio de Educación para construir una Escuela adecuada para las internas, lo que se materializa en 1975. Gracias también a su gestión, nace la Sala Cuna donde se atiende a los hijos de las internas y gendarmes. Desde entonces las mujeres con niños pudieron estudiar en la Escuela.

En 1992 por iniciativa de hermana Paz Venegas se construye y es bendecida una bella Capilla al interior del recinto.

El 31 de Mayo de 1996 las hermanas se despiden de su querido COF. Durante años vienen haciendo el discernimiento sobre la entrega de la Administración de los Centros Penitenciarios Femeninos en el país. De hecho el de Santiago será el penúltimo, y el último el de Valparaíso. No fue fácil. Las palabras de Jesús en el Evangelio de Lucas sonaban fuerte: "El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para traer Buenas Nuevas a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad... a despedir libres a los oprimidos" (Lc.4,18). Se ha terminado una etapa, ahora en el siguiente lapso predominará la evangelización, el acompañamiento a las personas desde una perspectiva pastoral. El corazón de la hermana del Buen Pastor está y estará siempre con el Señor en la búsqueda de la persona despreciada, vulnerada, por la que está caída, por la que es víctima de injusticias...para tenderle la mano y decirle: mujer no temas, levántate.

Actualmente hermana Nelly León ejerce su ministerio diario, como capellán del Centro Penitenciario femenino de Santiago.

Hermanas del Buen Pastor de Chile.

Bibliografía:

-La Biblia Latinoamericana

-Padre Isern, sj. El Buen Pastor y su Obra en Sud América, I-II, 1924.Ed.Amorrortu, Arg

-Hna. Cristina Vergara, rbp. Por los Apriscos del Buen Pastor en Chile del Siglo XX.1994 Ed. Salesiana, Chile