Por: Karla Salgado
Con gran entusiasmo y participación, la Residencia María Loreto celebró la Navidad, cerrando un año marcado por nuevos comienzos, aprendizajes y actividades que fomentaron la integración y el compromiso de toda la comunidad. Este evento se destacó por su profundo enfoque familiar y festivo, reflejando la esencia del liderazgo que guía las actividades de la residencia.
Actividades Recreativas y Momentos Memorables
Entre las actividades destacadas de este año, se encuentran las Olimpiadas Deportivas, una iniciativa inspirada por las residentes, que promovió la colaboración y el trabajo en equipo. Organizadas en dos equipos, las niñas participaron en diversas pruebas deportivas como tenis de mesa, fútbol, baloncesto y voleibol, generando un ambiente de entusiasmo y alegría. Estas olimpiadas no solo fortalecieron la integración, sino que también dejaron una huella imborrable en el semestre.
Otro momento cargado de emociones fue la celebración de las licenciaturas de las jóvenes, en las que se reconoció su esfuerzo y superación personal. La participación activa de familiares, educadoras, profesionales y compañeras transformó las ceremonias en un espacio de reconocimiento colectivo y apoyo mutuo. Durante este evento, una de las jóvenes, galardonada con el premio al esfuerzo en su colegio, compartió emotivas palabras de agradecimiento, destacando el apoyo recibido por el equipo de la residencia.
Celebración Navideña: Amor y Esperanza Compartida
La celebración de Navidad comenzó con una Eucaristía en la Casa Santa Eufrasia, presidida por la Hna. Carolina Madariaga. Durante la misa, las niñas de María Loreto cantaron villancicos, llenando los corazones de los presentes de fe, gratitud y amor.
Posteriormente, en la multicancha de la residencia, las asistentes disfrutaron de juegos inflables, un carrito de palomitas y algodón de azúcar, actividades que generaron emoción y sorpresa entre las niñas. La jornada concluyó con la entrega de regalos para cada una de las niñas, adolescentes y jóvenes, y un emotivo momento en el que una adolescente compartió una reflexión en lenguaje de señas, consolidando un ambiente de inclusión y pertenencia.
Karla Salgado, directora de la Residencia María Loreto, destacó: “Esta jornada y las actividades realizadas reflejan el espíritu que nos mueve como equipo: crear un espacio donde cada niña, adolescente y joven se sienta acogida, valorada y parte de una gran familia. La integración de todos demuestra el compromiso con nuestra misión. Trabajando unidos, podemos lograr grandes cosas”.
Este cierre de año refuerza el compromiso y el legado de Santa María Eufrasia, cuya enseñanza guía cada acción: “Las personas no se ganan sin que cueste; es después de muchos trabajos, penas y sufrimientos que logramos ver el fruto de nuestro esfuerzo. Ustedes no se cansen de hacer el bien”.
Con esta inspiración, la Residencia María Loreto agradece a cada integrante de la comunidad por su dedicación y trabajo, dejando una huella imborrable en el corazón de las niñas y jóvenes, y reafirmando su misión de ofrecer un entorno donde cada logro sea celebrado como una familia.