San Juan Eudes, Santa María Eufrasia, Beata María Dröste y venerable Madre Josefa Fernández son compañeros espirituales significativos en el camino de nuestra apertura y respuesta a la llamada de Dios. Ellos vivieron una espiritualidad del corazón, afectiva, práctica y entusiasta. Nos animan a recurrir a Dios a través del símbolo del Corazón. Corazón de Dios que nos revela el amor extraordinario a través de la Encarnación de Cristo, el Buen Pastor.