Memoria, gratitud y misión viva
La comunidad de La Serena celebró con alegría los 164 años de presencia del Buen Pastor, en la ciudad donde nació la primera comunidad contemplativa de América Latina. Más de cien personas participaron en esta jornada de encuentro, memoria y agradecimiento.
La jornada inició con una Eucaristía presidida por el Vicario Pastoral de La Serena, P. José Luis Flores, junto a los sacerdotes Alejandro Silva y Marcelo Gálvez. En su homilía, el P. José Luis destacó la vigencia de la espiritualidad del Buen Pastor, que impulsa a la Congregación a ir a las fronteras con ternura, justicia y solidaridad.
Durante la celebración, la Animadora Provincial, Hna. Sandra Suárez, junto a las hermanas de la comunidad local, realizaron el envío de mujeres líderes comprometidas con el carisma del Buen Pastor, reafirmando la Misión compartida con laicos y laicas. También participaron mujeres del programa “Emprendimiento de la Mujer Adulta Mayor”, quienes exhibieron sus trabajos.
A la celebración asistieron hermanas de distintas comunidades de Bolivia y Chile, representantes de instituciones civiles y educativas y amigas/os del Buen Pastor.
Tras la misa, se compartieron testimonios de la Fundación Madre Josefa La Serena y del Colegio Santa María Eufrasia de Ovalle, junto con un homenaje a las hermanas de la comunidad.
Entre las voces que marcaron la jornada, destacaron palabras de gratitud por la labor pastoral y social que la Congregación realiza desde hace más de un siglo y medio.
Hna. Angélica Camus, animadora de la comunidad local, expresó: “Celebrar este aniversario es hacer memoria agradecida. El mismo impulso de hace 164 años sigue vigente. Si permanecemos unidas, podemos realizar maravillas”.
Esta celebración renovó el compromiso con la misión iniciada en 1861 por hermanas valientes que llegaron desde Europa para sembrar esperanza y reconciliación. Hoy, su legado continúa vivo en las comunidades, obras apostólicas y laicos/as que caminan junto a la Congregación, manteniendo encendido el celo por la vida y la dignidad de las personas.
