Puente Alto/Chile
Me gustaría compartir con ustedes lo que fue mi visita a la comunidad de Talca, este es mi segundo año de postulantado y como bien saben, este periodo en la formación es para el conocimiento mutuo entre la postulante y las hermanas.
Hace mucho tiempo tenía ganas de conocer a las hermanas mayores en Talca, las cuales me recibieron con mucho cariño y con un sin fin de historias de sus años más significativos. No hubo ninguna de ellas que se negase a mi petición; orar por mi. Con alegría y más de un consejo se fueron acercándo y compartiendo un poco de lo que ha sido su vocación.
Me sorprende gratamente la forma en que cada una mantiene su escancia y desde ahí son capaces de compartir aquello que en su mente frágil se aferra como el sarmiento a la vid. Ese recuerdo que mantiene viva su vocación y su amor incondicional por aquel que un día las llamó.
Valorar esa herencia de la que aun podemos disfrutar y aprender, me alienta a poder seguir compartiendo y aprendiendo de aquellas hermanas que con cariño y dedicación han recorrido un camino, diferente una de la otra, pero finalmente lleno de una plenitud que hoy las hacen mujeres capaces de seguir compartiendo un testimonio que a mi en lo personal me enriquece y me alienta a continuar en este caminar.
Gracias por ese testimonio, cariño y oración que día a día nos entregan.
Por. Allison Carvajal Arias