La pandemia de la exclusión y la indiferencia: el drama de vivir en la calle cuando comienza el invierno

San Felipe/Chile

Foto de ciudad creado por jcomp www.freepik.es

Foto de ciudad creado por jcomp - www.freepik.es

 

Al comenzar la pandemia del virus Covid19 en Chile como comunidad del Buen Pastor en San Felipe reflexionamos y oramos al “Pastor Bueno” cómo podríamos ayudar y hacernos presente ante esta situación tan dramática.  Algo podríamos hacer para servir a las personas sufrientes; sentimientos de acogida, ternura y compasión brotaban de nuestros corazones.

El Centro de Espiritualidad contaba con bastante espacio. Ahí se hizo la luz: hermana Leticia Cortés, directora del Centro de Espiritualidad y en representación de la Congregación ofreció al Servicio de Salud de San Felipe espacios gratuitos para implementar módulos de atención a personas contagiadas.

En junio, el gobernador de la Provincia de San Felipe, visitó el lugar y después de varias conversaciones planteó la necesidad urgente de contar con un albergue para personas en situaciones de calle, mujeres y hombres. Se anunciaban lluvias y la temperatura iba bajando.

Se ocuparon dos espacios: en el segundo piso los dormitorios, en el primer piso un comedor y una sala de estar con sillones y mesas de juego.

Todo se habilitó para ofrecer un espacio acogedor y cálido a nuestras hermanas y hermanos en situación de calle. Las víctimas de la exclusión y la indiferencia ya tienen rostro y nombre para nosotras: Isabel, Rosario, Esteban, Juan, Ricardo, etc. Ellas y ellos son los desechables, que genera este modelo neoliberal centrado en el lucro. Nos espanta la pobreza que existe en nuestro país y que esta pandemia ha hecho más visible. Frente a ello los gobiernos, como dice nuestro querido Papa Francisco, no pueden conformarse ni contentarse y menos justificarse con lógicas sustitutivas o paliativas que impiden asumir el impacto y las graves consecuencias de lo que estamos viviendo”.

Francisco lanza un ultimátum a la comunidad internacional en favor de “un desarrollo sostenible e integral” para proteger a la humanidad. En esta misma línea, apuesta por “la creatividad y la fraternidad”

La realidad que estamos viviendo es nuevamente un llamado a construir “la civilización del amor” frente a “la pandemia de la exclusión y la indiferencia”.

Para nosotras hermanas de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad de la provincia Bolivia/Chile ¿cuál es el reto para nosotras, llamadas a dar vida allí donde reina la injusticia?

 

 

Por. Comunidad San Felipe