"El que recibe en mi nombre a un niño como éste me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no solamente a mí me recibe sino también a aquel que me envió". Mc 9,37.
Lector 1: En la actualidad, por todo el mundo, hay muchos niños y niñas trabajando; algunos de ellos, a tiempo completo. No asisten a la escuela y para jugar tienen muy poco tiempo, prácticamente nada. Muchos no reciben alimentación apropiada ni otros cuidados. Se les está negando la oportunidad de ser niños. A veces están expuestos a las peores formas de trabajo infantil, como trabajar en ambientes peligrosos, en esclavitud u otras formas de trabajo forzado, en actividades ilícitas como el tráfico de drogas y la prostitución, así como también implicados en conflictos armados. El Día Mundial contra el Trabajo Infantil, el 12 de junio de cada año, es el evento anual de defensa de derechos enfocado en el trabajo infantil. En 2012 el tema fue "Los Derechos Humanos y la Justicia Social: Acabemos con el trabajo infantil". Se han celebrado eventos en más de 50 países; y en ellos han participado funcionarios gubernamentales, empleadores, trabajadores, la Organización de Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil.
Tómese un momento de silencio y piense en todos los niños niñas, a quienes quizá usted conozca, que viven en situaaciones semejantes. Identifique los países o las situaciones.
Lector 2: Dos de las mayores áreas de influencia en la vida de un niño hoy son la experiencia de su propia familia y sus oportunidades de educación. Hay desafíos significativos que enfrentar en ambas áreas: globalmente parece haber más rupturas familiares que en ningún otro tiempo de la historia, y aunque el número de niños que asisten a la escuela primaria está en aumento en todo el mundo en desarrollo, el índice de ese crecimiento es lento.
Uno de los factores más importantes que influyen en la vida familiar y en la educación es la pobreza. Muchas familias se separan porque uno de los padres –el padre o la madre- necesita encontrar trabajo remunerado, a menudo lejos de su hogar. También cuando los padres están luchando por mantener a su familia a menudo pueden recurrir al alcohol o a drogas para eludir la presión, con el efecto potencial del divorcio y de la separación familiar. La pobreza afecta también a las posibilidades de los niños de recibir una educación, porque muchos niños no tienen con qué pagar lo básicamente necesario para su asistencia a la escuela.
Lector 1: Juntos oremos:
Para que los hogares donde existe un solo progenitor, a menudo las mujeres que son vulnerables a abusos y explotación, reciban los cuidados y la ayuda para encontrar formas de salir de la pobreza;
Para que en los hogares cuya cabeza de familia son niños y que a su vez tienen que trabajar duro para mantener a la familia, se les dé un apoyo emocional y práctico;
Para que todos los niños, independientemente de su situación financiera, puedan experimentar una educación integral donde se satisfagan sus necesidades espirituales, físicas, emocionales y académicas.
Lector 2: "En verdad es una acusación terrible hacia nuestra civilización que, a pesar del crecimiento económico, los avances tecnológicos y los excedentes de alimentos en tantos países, más de 800 millones de personas en el mundo – principalmente mujeres y niños – todavía pasan hambre cada día".
Oremos:
Para que quienes serán elegidos como gobernantes vivan la compasión y se interesen en las necesidades de la próxima generación;
Para que los gobiernos respondan al llamado y respeten los compromisos de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y progresen para hacerlo en el plazo establecido;
Para que la rectitud y la justicia de Dios sean el cimiento de las estructuras gubernamentales y comerciales, sin importar las creencias religiosas de quienes se encuentran en posiciones de poder.
REFLEXIONES
Santa María Eufrasia dice: "Que el amor más tierno, la cordialidad más exquisita, sean la regla y el principio de todos tus pensamientos y acciones".
¿Cómo puede el amor marcar una diferencia en nuestras comunidades, en nuestra familia y en nuestro país?
Preparado por Francoise Mestry, Coordinadora de Comunicaciones - Roma