¿Por qué vocación bautismal?
Como hombres y mujeres creyentes en Jesucristo, reconocemos que constantemente somos llamados por Dios. Su primera llamada es a la vida, es decir, a existir. Sin embargo, las llamadas no se agotan allí, nuestra vida es invitada a orientarse en el proyecto que Dios tiene para cada ser humano: Vivir plenamente nuestra humanidad reconociéndonos creados por amor del Padre, salvados por amor del Hijo y santificados por el amor del Espíritu Santo.
Las invitaciones continuas de Dios hacia cada persona radican en su amor desbordante, y desde ese amor nos llama a la Vocación bautismal. Y la pregunta que le sigue a ésta llamada es: ¿qué es vocación bautismal?
Antes de todo por el bautismo somos regenerados como hijos e hijas de Dios, liberados del pecado, participamos como miembros del cuerpo de Cristo, somos incorporados a la Iglesia y participamos de su misión que es la misión de Jesús: Anunciar el reino de Dios por todas partes. Esta es la razón que el bautismo es una vocación: ¡Somos llamados a participar en la misión de Jesús!
Nuestra vocación de bautizados es: Ser discípulos misioneros del Reino de Dios, siendo signos de la presencia amorosa, compasiva y reconciliadora de Dios.
La vida en Dios desde el bautismo nos compromete no sólo con ser buenos, eso puede serlo cualquier persona sin ser bautizado, nos compromete a transformar nuestra mirada siendo hombres y mujeres que con voz y acciones proféticas anuncian que Dios puede transformar nuestra humanidad dañada por el pecado, y denuncian todo aquello que va contra el plan de Dios. Hombres y mujeres que encarnan el Evangelio compartiendo con otros la alegría del Resucitado trabajando para que puedan encontrarse con él y tener la Vida en Abundancia.
Pedimos la gracia del Espíritu Santo para vivir con alegría y compromiso nuestra vocación bautismal y reconocer como san Juan Eudes:
¡Qué unión, sociedad y alianza incomparables! ¡Qué sublime la vocación cristiana! Qué santo Contrato de Dios con el hombre y la mujer y de éstos con Dios por medio del Bautismo! ¡qué incomprensible la bondad divina y qué inconcebible honor del hombre y la mujer! ¡Cómo se rebaja Dios en esa alianza (Bautismo) y con ella se eleva y glorifica al ser humano!
Las y los invitamos a hacer oración en año de la Vida Consagrada por todas las vocaciones, laicales, al sacerdocio y a la vida religiosa.
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1 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica nº 1213
2 Cfr. Eudes, Juan. Obras escogidas. Pág. 358
Hna. Carolina Madariaga.