Benedicto XVI invoca a poner nuestra esperanza en Cristo y a cambiar el corazón
Este es el segundo viaje que el Papa Benedicto XVI emprende hacia América Latina. El primero se realizó en el año 2007 en el que visitó el país de Brasil.
La primera etapa del viaje es México, donde se encontrará, según el cardenal secretario de estado, Tarcisio Bertone, con un país que se enfrenta a la violencia, la corrupción, el narcotráfico, que obliga a todas los mexicanos a "refundar" la nación sobre los valores cristianos, "que son la convivencia pacífica, la hermandad, la solidaridad y la honradez". México sufre una escalada de violencia causada por la guerra entre los carteles de las drogas por el control del territorio y los enfrentamientos de estos con el Estado, que han causado más de 47.000 muertes. El papa va a encontrar también un México que se prepara para elecciones presidenciales el 1 de julio. En ambientes políticos la visita ha levantado suspicacias, ya que el hecho de que sólo se entreviste con el presidente, Felipe Calderón, lo consideran como un apoyo al Partido Acción Nacional
El Papa denuncia los dramas de América Latina
En la gigantesca explanada del Parque del Bicentenario de León, situada en el centro geográfico de México y en las cercanías de la gigantesca estatua del Cristo Rey del Cubilete, más de 500.000 mexicanos participaron el domingo 25 de marzo en la misa presidida por Benedicto XVI. Durante el Ángelus, el Papa recordó algunos de los grandes problemas de México y de toda América Latina: la división y ruptura de las familias por la emigración, la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores y la criminalidad.
Los mexicanos vibraron escuchando y viendo al Papa, quien se está dando en estos tres días en México uno de los mayores baños de multitudes de los viajes de su pontificado. El obispo de Roma habló en su Ángelus de la Virgen de Guadalupe, patrona de México y de toda América Latina. Hacia la Madre de Dios acuden los católicos «en busca de consuelo, fortaleza y esperanza» y la Virgen responde «invitando a estar con la fe y la caridad bajo su sombra, para superar así todo mal e instaurar una sociedad más justa y solidaria». Con esta convicción, el Papa puso bajo la protección de Nuestra Señora de Guadalupe a México y al resto de países de América Latina y del Caribe. Y, además, le pidió a la guadalupana que siga llamando al «respeto, la defensa y promoción de la vida humana y al fomento de la fraternidad, evitando la inútil venganza y desterrando el odio que divide».
Al finalizar la ceremonia, el Papa rezó frente a una imagen de la Virgen de Guadalupe en medio de un sobrecogedor silencio general. Cuando dio su bendición a todos los presentes, también bendijo 91 reproducciones de la Virgen que serán custodiadas en todas las diócesis del país. Tras la misa, Benedicto XVI celebró unas vísperas con obispos mexicanos y de toda América Latina en la catedral de León.
Fuente: oclacc.org, www.larazon.es