De allí viene el socorro, la luz
Santa María Eufrasia nos recuerda el inmenso amor que ella profesaba por la Santa Iglesia: "En nuestra navegación por los mares de la vida dirijamos constantemente nuestras naves cerca de la de Pedro y nada tendremos que temer". Sostenía, además, que "cuando el jefe de la Iglesia sufre, también sufrimos nosotras; cuando la barca de Pedro está agitada, nuestra pequeña y débil navecilla es levantada, sacudida por las olas. Entonces debemos mantenerla fuertemente amarradas a esa barca que no puede perecer y entonces, seremos salvadas".
La Congregación del Buen Pastor está estrechamente unida a la santa Iglesia por que tiene las bendiciones, la protección de ella y como lo señaló nuestra Santa Madre: "cuando algunas veces nos vemos rodeadas de profunda oscuridad entonces nuestros ojos se vuelven hacia Roma y de allí viene el socorro, la luz".
Para Santa María Eufrasia la Iglesia simboliza la nave que guarda el tesoro de nuestra fe y nuestra esperanza. Nave que nada podrá hacer naufragar y que boga desde hace veinte siglos, llevando riquezas sin cuento a todos los pueblos de la tierra. Jesucristo mismo es su piloto. Además añade: "su nombre de Iglesia militante indica lucha, batalla; en consecuencia, nosotras que formamos parte de ella, tenemos que combatir contra el mundo, contra nuestros defectos, sobre todo con nuestro amor propio... oremos pues, oremos por esta Iglesia tan santa hermosa, la que tanto amamos; no vacilemos en sacrificarlo todo para que se multipliquen sus conquistas y para que el esplendor de su belleza se manifieste cada vez más".