¿Las mujeres somos visibles? Conferencia en la Universidad Católica Boliviana

   

Con esta pregunta Ana Jorge Alonso, doctora en comunicación y docente española de la Universidad de Málaga, inicia la primera clase del curso Comunicación para el desarrollo en clave de género. Fueron seis jornadas de intercambio de información y experiencias en comunicación, auspiciadas por el Centro de Investigación de la Universidad Mayor de San Andrés (CIDES UMSA) y la Universidad Católica Boliviana. Conferencia a la cual tuve la oportunidad de participar como Coordinadora del Centro de Comunicación de la Provincia Bolivia/Chile.

    A lo largo de las innumerables investigaciones sobre el papel de los medios de comunicación se ha determinado que ésta se usa para el control del discurso hegemónico. La comunicación genera una nueva hegemonía al servicio de las mayorías. Lo ideal es utilizar la comunicación para profundizar la democracia, para incentivar ese cambio a favor de las mayorías sociales y no a favor de algunas hegemonías.

¿Cómo se nos representa?
Las mujeres, en los medios de comunicación, se nos representa bajo roles que permitan perdurar el discurso establecido. Un ejemplo indiscutible es el discurso y la construcción estereotipada de la mujer en las telenovelas donde la mayoría de ellas son representadas bajo la figura de mujer abnegada y sumisa frente al poder patriarcal ejercido por el padre, el novio, el hermano o cualquier figura masculina.

A través de los medios de comunicación debemos de construir mensajes alternativos; informar a una ciudadanía plural es una obligación y una oportunidad para recuperar la función social de la comunicación. Fue en la Conferencia Mundial de la Mujer, realizada en México en 1975, que se establece la necesidad y reconocimiento de las posibilidades de los medios de comunicación para promover los cambios sociales y de actitudes. En la Conferencia Mundial de Beijing de 1995 se busca aumentar el acceso de la mujer y su participación en la expresión de sus ideas y la adopción de decisiones en los medios de difusión así como fomentar una imagen equilibrada y no estereotipada de la mujer en los medios de difusión.

Comunicación y el empoderamiento de las mujeres
A lo largo del desarrollo del curso concluimos que la cosificación de la mujer es un mensaje cotidiano en los medios por lo que las mujeres no somos visibles en ellos. La comunicación, para que responda a sus características esenciales como son la horizontalidad y la participación, debe ser un elemento que favorezca la movilización y el empoderamiento de las mujeres. En esencia, la comunicación es estratégica y jamás debe ser instrumental. La comunicación debe ser un proceso participativo para que cada una de las personas que participan en este proceso se apropien del mismo por lo que es fundamental realizar una estrategia de comunicación que nazca desde la estrategia política porque una necesidad de cambio implica un objetivo. La estrategia de comunicación tiene que ser a la vez una estrategia política porque debe contar con la participación de la mayoría de la gente. Toda persona que no se sienta parte de este proceso rechazará el mensaje impuesto.

 

Ayza Mendizábal
Centro de Comunicación