Lo central en la Buena Noticia que Jesús vino a proclamar y en su anuncio del Reino de Dios es la predilección por los despreciados de la sociedad, los marginados.
Es significativo que Jesús los escogiera, los acogiera, los amara, los curara de muchas enfermedades y los tratara con respeto y dignidad. Y en esta relación con Jesús se descubren personas humanas y amadas por Dios. La realidad se invierte pues en esta nueva propuesta «los últimos serán los primeros» (Mc 10,31).