Lunes 25 noviembre: acabar con la violencia contra la mujer

INVITAMOS a que en salas de clases (y oficinas, casas, comunidades, parroquias) se fabriquen lazos de color naranja intenso para instalar en todo el establecimiento y que se lancen globos de igual color al aire en un acto cívico con la comunidad presente y en la que se proclamen algunos objetivos como metas. Nos parece importante aprovechar la oportunidad de insistir en la concientización de que lo que hay que eliminar es la “falta”. Lo importante es aprender a poner fin a la violencia desde las propias actitudes.

1. Para responder individualmente y en grupo

• ¿Cómo podría relatar esta foto a alguien que no la esté mirando?
• ¿Recuerda alguna campaña a favor de eliminar la violencia contra la mujer? ¿Era del Buen Pastor, del Gobierno o de otra organización?
• ¿Por qué la recuerda? ¿Qué decía? ¿Era un escrito, spot televisivo, o una canción?
• ¿Cómo y cuánto le hizo recapacitar?
• ¿Qué conexión ha hecho entre esa campaña y sus conductas agresivas?
• ¿Por cuál situación ha hecho o haría una denuncia de violencia intrafamiliar?
• ¿Piensa que en comunidades religiosas, como el hogar para muchas personas que es, se presentan hechos de violencia? ¿De qué tipo? ¿Alguien asume los conflictos? ¿Le gustaría mayor espacio para mediar?
• ¿Qué pasaje bíblico muestra a Jesús en comportamiento violento con las mujeres de su época?
• ¿Qué género (masculino/femenino) asigna a la mayor violencia? ¿Por qué?
• ¿Qué factores habrían revertido la tendencia a la baja en el número de femicidios en Chile?
• ¿Cuál es el color que identifica la campaña mundial para poner fin a la violencia contra la mujer?
• ¿Por qué se dirá que la violencia contra la mujer es el elemento que perpetúa la violencia?
• ¿Qué le han enseñado las campañas preparadas por el Buen Pastor sobre este tema?
• ¿Qué rol asigna a las propias mujeres en el éxito de estas campañas?

 

2. Pequeñas acciones concretas para vivir el inicio de la campaña y para adoptar en el corto plazo

• Como ninguna niña, joven o mujer está potencialmente libre de sufrir agresión, llamamos a sintonizar con esta campaña. Hacerlo significa sensibilizarse, comprender la dimensión del problema y entender, en conciencia, que mujeres y hombres no debemos permitir que continúe. Es probable que no se termine completamente con la violencia en el corto plazo, pero cuánto más nos tardemos en empezar, más tardaremos en alcanzar la meta.

• Lo importante es que usted, yo, ella y él se den el tiempo de leer, compartir, analizar, revisar sus conductas y enseñar con el ejemplo. Se requiere motivarse en conjunto y prestar atención a actos cotidianos que hacen de la agresión “algo natural” como el rumor infundado, las groserías, el pelambre, que deben comenzar a erradicarse. Identificar la violencia y hacerla notar con aprecio y estima, sin sembrar el pánico, castigar ni descalificar a la persona, sino el hecho. Una frase muy conocida es recomendable “… fea la actitud”.

• Más adelante, en el mismo sentido de desnaturalización o quitarles naturalidad, evitar las agresiones verbales, amenazas, descréditos, segregaciones, etc. en la casa, el colegio, el restaurant, los medios de movilización, la parroquia, el trabajo y las celebraciones. Aprender a terminar relaciones afectivas o laborales es parte de minimizar las probables agresiones.

• No se trata de moralizar. Se trata de visualizar, aprender y enseñar que ante la violencia, del tipo que sea, no hay vencedores. Todas las partes pierden, la sociedad pierde, el país pierde.

• Para grupos y comunidades proponemos invertir tiempo en encuentros programados y regulares con fechas, horarios y localidades fijas (segundos martes de cada mes, a las 17 hrs, en la capilla, por ejemplo), en discutir y compartir noticias diarias, películas, novelas, programas, canciones o experiencias recientes, o temas elegidos previamente, en los que después de analizar, se decida por una acción concreta personal y colectiva. Cada uno debe ser su propio juez.