Guiadas bajo el espíritu y enseñanza de nuestra fundadora, Santa María Eufrasia, condenamos la violencia contra la mujer y trabajamos para erradicarla. Una primera respuesta desde el Buen Pastor es expresar solidaridad con aquellas personas que han sido víctimas.
La segunda, escuchar las experiencias de estas personas y desarrollar programas holísticos para atender sus necesidades. La tercera, aumentar nuestra capacidad para comprender la dinámica de esta violencia y así apoyar a las mujeres y niñas en su proceso de recuperación y en su auto empoderamiento por medio de un apoyo social, oportunidades de crecimiento personal y desarrollo de destrezas que les permitan emplearse y conseguir un ingreso seguro.
El Buen Pastor apoya las políticas destinadas a prevenir y erradicar todo tipo de violencia contra la mujer. Al ser una ONG con participación en las Naciones Unidas elevamos nuestra voz en pro de políticas y programas que mejoren las severas desventajas socieconómicas, políticas y legales de las mujeres y las niñas.
La hermana Marta Iris López Castillo, representante regional de la Congregación del Buen Pastor para América Latina y el Caribe ante la CEPAL, señala que: “por medio de los proyectos y programas de atención a mujeres, niños y niñas, constatamos con profunda preocupación el grave problema de violencia que enfrentan muchas familias en América Latina. Por lo tanto, es importate seguir sensibilizando, que “cada ser humano tiene la dignidad de persona y solo el reconocimiento a su dignidad humana hará posible el crecimiento común y personal de todos” (Doctrina Social de la Iglesia Católica. Arto. 145). Con esta convicción nos unimos a otras iniciativas de organizaciones sociales, como la que está promoviendo el Centro de la Mujer de Liderazgo Global (CWGC siglas en inglés), con la Campaña de los 16 días, con el tema para este año 2013: “De la Paz en el Hogar a la Paz en el mundo”. Esta campaña está abierta también a toda organización que quiera promover la no violencia. Take Action Kit - 2013
Sin embargo, somos conscientes que un paso significativo sería, considerar las recomendaciones realizadas por el Grupo de Expertos reunidos en Bangkok, Tailandia en septiembre de 2012 y Comisión sobre la Situación de la Mujer- CSW57 en este año, en cuanto a que el Estado: “condene la violencia y declare una “emergencia” nacional; y lleve a cabo una Política Pública de Prevención contra la violencia de mujeres y niñas desde un enfoque holístico, de derechos humanos y a largo plazo. Además le sugiere convocar a todos los actores de la sociedad: los movimientos de mujeres, el sector privado, las Iglesias, las Escuelas/Colegios, Universidades, los medios de comunicación, las ONGs, etc., a trabajar juntos una cultura de paz y no violencia. Y continuar promoviendo iniciativas como: unirnos a campañas como la antes mencionada, la capacitación sobre talleres de relaciones interpersonales, talleres sobre manejo de la ira, talleres sobre mediación de conflictos, escuelas para padres y madres para orientarlos a ser asertivos al poner límites, valores y correcciones en sus hijos/as, talleres de masculinidad- campañas de sensibilización como por ejemplo en tiempo de navidad que los padres y madres de familia no promuevan la compra de juguetes o video juegos que inciten a la violencia a los niños, etc., para ir reduciendo los niveles de violencia y de esta manera las personas puedan ser más saludables emocionalmente, logren desarrollar todo su potencial y ser más productivas beneficiando a sus familias y la sociedad”, finaliza la hermana Marta Iris.
¿Por qué los seres humanos llegamos a tal violencia?
La hermana Sonia Salas, responsable del área de misión y presidenta de la Fundación Levántate Mujer, al ser interrogada sobre la situación de la violencia contra la mujer, señala que: “el conocimiento de la temática de la violencia en la familia y principalmente contra la mujer, los niños y niñas, para mí como religiosa del Buen Pastor, tiene su base en el acompañamiento a muchas mujeres y sus familias que sufren este flagelo. En estos últimos años en Bolivia la violencia ha llegado a situaciones inhumanas, situaciones tan tristes donde la destrucción de familias completas es una realidad palpable a simple vista; frente a esto me nace la pregunta ¿por qué los seres humanos llegamos a tal violencia? Y la misma experiencia de acompañamiento me lleva a pensar que las personas cada vez nos amamos y valoramos menos, por lo que se nos hace difícil amar y disfrutar con la otra persona y reaccionamos con violencia descontrolada. La invitación es a recordar que Dios nos creo por amor y estamos llamadas, llamados a amar a todos con su mismo amor”.
Centro de Comunicación