Esta es una afirmación de Elizabeth Landaeta quien ha sido elegida para fortalecer la implementación de la Oficina de Desarrollo de la Misión para América Latina. Nuestra Provincia Bolivia/Chile se encuentra involucrada puesto que se ha oficializado el inicio de estas actividades y su sede de trabajo se encuentra en la ciudad de La Paz.
¿Cuál es su experiencia y su trabajo en el tema del Desarrollo?
Soy socióloga de formación; vengo trabajando en desarrollo social bastantes años, como 30 años. Mi experiencia de trabajo se centra en todo lo que es cooperación al desarrollo enfocada en el área rural; tengo una especialización en desarrollo rural. Una rica experiencia, yo diría la más fecunda en mi trayectoria, ha sido el trabajo que hice por 10 años para una agencia alemana que me permitió conocer y recorrer varias zonas del altiplano, del Chaco y de la Amazonía de Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay; entonces, me ha permitido tener una visión amplia de las problemáticas diversas y compartidas entre todos los países, lo sectores más deprimidos, más necesitados, particularmente indígenas y campesinos. Asimismo, he tenido que desarrollar un proceso de formación en la parte de planificación con enfoque de género, que es una de mis experticias.
¿Qué trabajo y rol desempeña en la Oficina de Desarrollo de la Misión para América Latina?
Mi relación con la Oficina de Desarrollo de la Misión consiste en realizar una consultoría para ayudar a sentar las bases del Desarrollo de la Oficina. Mi trabajo se centra en crear metodologías, herramientas de trabajo; estoy también apoyando en un proyecto latinoamericano de planificación estratégica y fortalecimiento organizacional. Creo que con este proyecto, que es una medida acertada, realmente se va a poder impulsar ese sueño de articular las diferentes provincias para hacer más eficiente y eficaz el trabajo: juntar fuerzas, compartir enfoques y trazar algunas líneas concretas en temas tan complejos como es la Trata de Personas, por ejemplo. Son problemas de una magnitud abrumadora y yo creo que el desafío es unirse para hacer frente a este problema. Me han pedido una serie de tareas y productos concretos y eso es lo que estoy haciendo, después se verá cómo se continúa.
¿Cuáles han sido las experiencias de trabajo que se han ido desarrollando?
Durante este proceso he tenido dos experiencias muy satisfactorias con la Congregación del Buen Pastor. La primera fue el encuentro que se realizó, en diciembre, en la ciudad de Santa Cruz. Fue un encuentro de capacitaciones en la elaboración de proyectos; además se trabajó para definir un perfil de acción a nivel latinoamericano que luego se llevó a Roma para realizar las planificaciones del 2014. En este evento las diferentes provincias presentaron sus experiencias y fue para mí muy revelador, muy interesantes los trabajos que están haciendo a nivel de base, son realmente loables. Yo valoro mucho eso y me sorprendió, por ejemplo, Paraguay que está trabajando con proyectos productivos, de comercio justo; yo tengo una amplia experiencia en estos temas, han sido temas en los que he estado trabajando. Me ha gustado muchísimo y creo que esto hay que apuntalarlo. Pero también, con las lecturas, me he ido informando que la Congregación trabaja muy bien en esta línea. Tiene un trabajo y una larga experiencia en el impulso de mercados solidarios que es una tarea importantísima de prevención porque el tema de la Trata de Personas, por ejemplo, está relacionado a todo lo que es la pobreza, con la falta de oportunidades, la falta de ingreso de la gente. Entonces, este es un tema difícil de combatir pero creo que con estas medidas tan interesantes se le da la oportunidad a mujeres pobres para que tengan una fuente de trabajo digna y puedan comercializar sus productos de una manera competitiva. Me parece muy acertado y muy lindo trabajar en esta área.
La otra experiencia fue en Roma donde he tenido una visión mundial del trabajo que se realiza: las hermanas de Sri Lanka, las hermanas del África, de la India o del Líbano han presentado sus experiencias. Un trabajo que lo ejecutan en tantos campos: de ayuda a los refugiados, a niños y niñas o el tema de educación donde tiene tanta experiencia la Congregación. Creo que el hecho de estar tan cerca de la gente que sufre es digno de valorar porque no solo es la tecnocracia en la Cooperación en el Desarrollo sino la parte humana, la parte mística que es muy valorable para mí. Como ya lo expresé en Roma, inicialmente estoy aprendiendo para poder aportar posteriormente con mis conocimientos y experticia.
¿Qué la motivó a iniciar este proceso en la Oficina de Desarrollo de la Misión para América Latina?
Yo postulé porque en realidad el tema de género es un tema que me interesa y he tenido una publicación sobre el tema a partir de reflexiones colectivas porque es un tema general pero también diverso. Cuando vi la convocatoria entré a indagar en la web y me intereso porque era la Fundación Levántate Mujer quien convocaba y ahí vi los proyectos que ejecutaban en temas productivos, de artesanía, temas que a mí me interesan mucho. Cuando me hicieron la entrevista ubique un poco más de qué se trataba y me gusto mucho más porque las perspectivas de aportar que tiene esta Congregación son grandes, porque no solo está el tema de que enfoquen eficaz y eficientemente el trabajo sino toda la larga trayectoria que tiene de compromiso católico con los pobres y con la gente. El estar compartiendo con la gente, con la problemática, el ser capaz de llegar humanamente es una parte tan importante en el Desarrollo que, a veces, con la especialización y la tecnocracia se olvida. Me atrajo mucho el saber que tienen una nueva estrategia, desde el 2007, de desarrollo de la misión con un enfoque mucho más profesional y combinado con esa larga tradición humana, cristina de apoyo a la gente, me parece sensacional.
¿Cuáles son las proyecciones para la Oficina del Desarrollo de la Misión en América Latina en el campo del trabajo para el desarrollo, según su experiencia?
No va a ser fácil porque tiene que haber un cambio de cultura en la gestión del desarrollo, eso es un proceso que va a tomar tiempo. Las hermanas y los laicos que las acompañan van a tener que ir adoptando herramientas para una gestión del desarrollo según las exigencias de la Cooperación, eso va a seguir su proceso y creo que puede haber resultados rápidos siempre y cuando tengan un buen apoyo y se tenga una buena contribución con gente profesional. Mientras desarrollen buenas herramientas, metodologías y una buena asesoría yo creo que perfectamente pueden avanzar, y estos proyectos de planificación estratégica son realmente una medida muy acertada porque la planificación estratégica es un proceso participativo, desde la metodología que yo utilizo, y de fortalecimiento de capacidades. Se tiene que planificar practicando; es un proceso fortalecedor que permite una visión a largo plazo, más integral. Creo que es una medida acertada y lo importante es que se la lleve a la práctica tal cual, con solvencia y con capacidad. Yo creo que hay muy buenos lineamientos y todo dependerá de cómo se ejecuten. Espero que todo vaya siempre para adelante por el bien de la gente que necesita, porque todo este sector que sufre la violencia de la manera cómo se da, en temas como la trata de personas, la violencia doméstica, es atroz, son seres muy castigados en el mundo y merecen mejores oportunidades.
Centro de Comunicación Provincia Bolivia/Chile