El 11 de mayo celebramos la fiesta patronal de nuestra Congregación que se ha fundado por el amor a las personas, como lo señalaba nuestra Santa Madre:
“En nuestra vocación no se puede hacer bien alguno más que cuando se tiene interés en trabajar por la salvación del prójimo; es preciso; decirlo, si hemos obtenido el éxito que deseábamos, ha sido en virtud de nuestro amor y ardiente celo por la salvación de nuestras personas.
Nuestra Congregación se ha fundado por el amor a las personas; porque yo, en verdad, no tenía riqueza ni talento, ni nada de lo que atrae exteriormente; lo único que he tenido ha sido el amor a las personas y las he amado con todo mi corazón; incluso he hecho el voto de jamás rehusar recibir a ninguna de ellas a causa de la carencia de recursos; y ya lo veis, hijas mías, que no por eso somos más pobres.
Uno de mis más ardientes deseos es que comprendáis mejor cada día la extensión de vuestras obligaciones para con nuestras amadas personas. Dios bendice visiblemente nuestras obras, que progresan constantemente, y esto debe avivar en nosotros los anhelos de perfección, anhelos siempre crecientes hasta llegar al día perfecto, esto es, al cielo”.
Instrucciones y Conferencias de Santa María Eufrasia Pelletier