Celebración del Corazón de Cristo, Familia Eudista.

El Día 20 de Octubre, la Congregación del Buen Pastor junto a la familia eudista, celebra la Fiesta del Sagrado Corazón, instituida por San Juan Eudes, el 20 de Octubre de 1672.

Nuestro Padre espiritual, da forma litúrgica, es decir vuelve fiesta y publica como tesoro confiado a todo el mundo, el secreto que lo ha guiado y sostenido a lo largo de su vida y que ahora ve con claridad: Todo es dado en el Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, ese lugar absolutamente único y absolutamente reconocible entre todos, donde Dios revela a la humanidad la inmensidad de un amor sin límites, donde hombres y mujeres llegan a ser capaces de allí hospedarse – hay lugar para todos – para amar a Dios filialmente, yendo hasta el extremo de sus fuerzas vivas.

 

CORAZÓN DE JESÚS, AMOR REVELADO.
Dios no es un Dios escondido.
Al terminar el siglo XVII, cuando “Dios se oculta en occidente” (Michel de Certeau), Juan Eudes re-encuentra un símbolo fuerte, universal, para hablar a los pequeños y grandes de la revelación del amor infinito de Dios.
Pero ¿Qué es, pues, el amor?

Para Juan Eudes, el amor del Padre nos viene por el Hijo, por Jesús: he aquí por qué en el Corazón de Jesús, el amor es visto permanentemente bajo el ángulo de una disponibilidad filial y valiente, que ha de traducirse en actos concretos. El amor que se revela en el Corazón de Jesús, no es solamente afectivo, sino efectivo según el decir de San Vicente de Paul.

 

EL AMOR SE EJERCE CON DISPONIBILIDAD FILIAL Y VALIENTE, INCANSABLEMENTE ACTIVA.
Lo que maravilla al Padre Eudes es que todo cristiano, desde su bautismo, puede vivir de acuerdo a este Corazón inmenso que es el Corazón de Jesús. Un Corazón que le pertenece a todo el mundo; un Corazón que cada cual puede hacer suyo.

Al hacer que mi vida concuerde con el ritmo del Corazón de Jesús, concuerdo con el verdadero tiempo del amor. No sueño con el amor pasado o con el amor futuro, sino que vivo en el participio presente, la gracia espiritual de mi vida, continuando, completando, formando y haciendo reinar a Jesús en mí.

Celebrar el CORAZÖN DE JESÜS es ajustarse al misterio del tiempo; amar en participio presente es hacer de la duración de la existencia, el lugar efectivo de cumplimiento de nuestra vocación cristiana. Así el amor llega a ser co-extensivo con nuestra historia.

 

Me pregunto:
¿Cómo acojo el amor de Jesús en mi vida?
¿Cómo acojo su Corazón para que llegue a ser mi corazón?
¿Cómo doy mi corazón a los-las demás a la manera de Jesús?
¿Qué oración pudo dirigir en este momento al Corazón de Jesús?

Referencia: Folletos de impregnación eudista. “UN ITINERARIO ESPIRITUAL HACIA EL CORAZÓN DE JESÚS”

 

Hna. Angélica Guzman Vicuña