La inmensa lista de Santos
a) Los primeros padres
En todos los siglos ha habido santos. Nuestros primeros padres fueron santos. Después de su pecado vivieron largos años haciendo penitencia. Trabajaron con el sudor de su frente. Sirvieron a Dios y fueron admitidos en el lugar del descanso. Se puede, pues, afirmar que nuestros primeros padres fueron santos.
b) Los patriarcas y profetas y primeros cristianos
Los primeros patriarcas fueron santos también. Permanecieron constantemente fieles a la Ley del Señor, lo mismo los profetas. En la primitiva Iglesia hubo un número incalculable de santos; también los hay hoy y todos los días cuenta la Ciudad Divina con nuevos ciudadanos. San Juan, en el Apocalipsis, dice: "Miré y vi una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos, estaban en pie delante del trono y delante del Cordero: eran tantos que nadie podía contarlos. Iban vestidos de blanco y llevaban palmas en sus manos" (Ap. 7,9).
c) Santos de las órdenes y comunidades religiosas
Hay santos en todos los estados de la vida. Es necesario convenir en que a las comunidades religiosas corresponde ser más fecundas en santos. Desde los primeros siglos de la Iglesia se fundaron monasterios a los que se retiraron, como a lugar de bendición, jóvenes vírgenes que se dedicaban a la oración y a buenas obras. ¡Cuántos santos y santas han dado a la tierra y al cielo las diferentes Ordenes religiosas!
d) Santas de nuestra joven congregación
Nuestra pequeña Congregación tiene ya, así lo espero, muchas santas. Tengo la dulce esperanza de que vivirán para trabajar por la gloria de Dios y para alcanzar el fin de su vocación.
(Santa Ma. Eufrasia Pelletier, Conf. 47)
Centro de Espiritualidad