Tolerancia NO es pasividad; no es oponer resistencia. Es osadía; es lealtad amorosa; es respeto activo; es humildad; es entregarse. Puede y debe aprenderse; provee fuertes cimientos para crecer en libertad, autonomía, participación, reconciliación, paz y felicidad. Es callar -como en la sacralidad del templo- para escuchar; es contener, guiar y acoger sin más… luego habrá tiempo para decidir o resolver….es permitirse sentir y decir “YO no te condeno”
Jesús, con actitudes tolerantes en una época que no lo era, señaló un camino: “el que no tenga pecado, que tire la primera piedra” (Jn 8:7). En el siglo XX –podría decirse- que la cultura de derechos humanos las retomó para darles el mérito del origen y defensa de éstos. La Asamblea General de la ONU -que destaca valores y principios humanos conducentes a acuerdos armónicos y no abusivos entre personas y naciones- estableció cada 16 de noviembre como el Día Internacional de la Tolerancia.
Circunscrita a las relaciones humanas goza de cobertura internacional y atemporalidad. Sin edad, raza, sexo, religión, idioma ni nacionalidad, es ilimitada en su espacio. Permite diferencias en ideas, interpretaciones, mirada cultural, política o religiosa, situación económica y social, grado de acceso a la educación formal, mentalidad artística y funciones dentro de la convivencia humana. No es aguantar, soportar, someterse, ni disfrazar agresivamente una conducta intolerante: “no comparto tu modo de manipular a otros”.
La falta de tolerancia y cuánto se necesita son frecuentemente aludidas por el papa Francisco: “la lucha contra la intolerancia es un esfuerzo de todos”; “unamos nuestras fuerzas para favorecer una cultura de encuentro, respeto, comprensión y perdón recíproco"; “tolerancia cero para sacerdotes acusados canónicamente de pederastia”; “NO a las murallas entre ciudades y, a cambio, tender puentes entre nuestras culturas y tradiciones de fe”. También se refirió al “falso concepto de tolerancia para atacar la libertad religiosa” ¿Qué querría decir?
Gloria Bensan
Equipo Justicia, Paz y Solidaridad
