Qué abismo de riqueza; qué misterio mas insondable el de la Santísima Trinidad
Dios Uno y Trino;
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Domingo de la Santísima Trinidad, es el domingo donde reconocemos el amor y misterio de Dios Padre, que se han querido revelarse en su Hijo por medio de su Espíritu Santo.
Dios Trino nos muestra la vida en relación, respeto y amor; es el diálogo eterno de las Tres Personas Divinas que no son la una sin la otra.
Alabamos el misterio de la Trinidad que se manifiesta en Jesucristo por medio del Espíritu santo, que nos permite acoger, comprender, creer y confesar que Dios es Uno y Trino.
San Juan Eudes en sus coloquios interiores reconoce el don admirable que la Trinidad ha hecho por toda la humanidad y desde la vida cristiana iniciada ene le bautismo nos anima a bendecir lo que Dios ha realizado en todos los cristianos:
¡Cuántos motivos tenemos de bendecir y amar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
por habernos llamado y elevado a la dignidad de cristianos!
Por eso nuestra vida debe ser santa, divina y espiritual,
ya que todo lo que ha nacido del Espíritu es espíritu.
El fin de nuestra vida debe ser espiritual, es decir, vivir en el Espíritu Santo, amando como lo hace el Padre, anunciando que el Reino de Dios se hace presente en Jesucristo que quiere vida y Vida en Abundancia para todos; reconociendo la fuerza renovadora del Espíritu nos impulsa a denunciar las estructuras injustas y deshumanizadoras; y es él quien recrea todas nuestras relaciones permitiéndonos poder estar juntos en respeto, ternura, compasión y diálogo; reconociendo nuestras diferencias, valorándolas como aquello que enriquece toda nuestra humanidad.
Oh, Padre eterno, Hijo único de Dios, oh, Santo Espíritu del Padre y del Hijo,
vengan a mí, a mi corazón.
Atráiganme a ustedes, vivan y reinen en mi y
hagan que todo mi ser, toda mi vida,
este consagrada a su mayor gloria.
(San Juan Eudes)
Hna. Carolina Madariaga M.
RBP