El verdadero encuentro con Cristo libera algo en nosotros, pues es una fuerza que ignorábamos tener: esperanza, capacidad de vivir, flexibilidad, habilidad para rehacernos cuando creíamos haber fracasado: capacidad de crecer y de cambiar; poder creador que nos transforma ... el dinamismo del Amor. El Amor surge de Dios y nos atrae a Dios para volverse a verter en Dios a través de todos nosotros... Así todos nos convertimos en avenidas y ventanas a través de las cuales lanza Dios su brillo...