Santiago, abril 2017
“Alégrense”, ellas se acercaron y abrazándole los pies,
Se postraron delante de él y Jesús les dijo no teman;
Avisen a mis hermanos que vayan a Galilea
y allí me verán”. (Mt. 28, 9-10)
Queridas hermanas y Partners en la misión:
Jesús ha Resucitado, y sigue resucitando aun en las situaciones más duras de nuestra vida, somos testigos privilegiadas de este gran don, El gozo que inundó a las mujeres del sepulcro nos inunda, y el desafío es salir corriendo a proclamarlo.
Jesús nos invita a “alegrarnos”, quizás la pregunta que debemos hacernos es: ¿Cuáles son mis alegrías? Y ¿estoy dispuesta a compartirlas, de manera especial con quienes más sufren?
Y las mujeres se arrodillaron y abrazaron los pies a Jesús, ¿ante quién me arrodillo? ¿Cuáles son los cuerpos sufrientes y golpeados que estoy llamado /a abrazar hoy?
Con su Resurrección, Jesús nos anima a vencer el miedo y el temor, nos da la clave de la felicidad para salir corriendo a anunciar esta buena noticia a sus hermanos, “avisen que vayan a Galilea...” ¿Cuáles son las galileas a las que tenemos que ir para ver al Resucitado?
Queridos hermanos y hermanas, Aleluya.... ¡Jesucristo ha resucitado!, el amor ha derrotado al odio, la luz ha disipado la oscuridad, la misericordia traspasó el pecado, el bien superó al mal, la verdad sobrepasó la mentira, la vida ha vencido a la muerte.
Este acontecimiento es la base de nuestra fe y de nuestra esperanza: si Cristo no hubiera resucitado, nuestro seguimiento perdería todo su sentido. Con esta gozosa certeza, nos dirigimos hoy a ti, Señor resucitado.
Te rogamos, Jesús glorioso, que cesen todas las guerras, toda hostilidad pequeña o grande, antigua o reciente, en nuestras familias, comunidades, país y el mundo.
En el corazón del Resucitado, les abrazan.
Equipo de Liderazgo Provincial