UNA COMUNIÓN UNIVERSAL
EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN
ACOJEMOS
Las criaturas de este mundo no pueden ser consideradas un bien sin dueño: « Son tuyas, Señor, que amas la vida » (Sb 11,26). Todos los seres del universo hemos sido creados por el mismo Padre, estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde. Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación.
Esto no significa igualar a todos los seres vivos y quitarle al ser humano – mujer y hombre - sus valores peculiares, como la conciencia y la libertad que implican una tremenda responsabilidad. Tampoco significa divinizar a la tierra lo que nos privaría del llamado a colaborar con ella y a proteger su fragilidad. A veces se niega toda preeminencia a la persona humana, y se lleva adelante una lucha por otras especies para defender la igual dignidad con los seres humanos. Es verdad que debe preocuparnos que otros seres vivos no sean tratados irresponsablemente. Pero especialmente deberían exasperarnos las enormes inequidades que existen entre nosotros, los seres humanos, porque seguimos tolerando que unos se consideren más dignos que otros. Algunos se arrastran en una degradante miseria, sin posibilidades reales de superación, mientras otros ni siquiera saben qué hacer con lo que poseen. Seguimos admitiendo en la práctica que unos se sientan más humanos que otros, como si hubieran nacido con mayores derechos ostentando vanidosamente una supuesta superioridad.
No puede ser real un sentimiento de íntima unión con los demás seres de la naturaleza si al mismo tiempo en el corazón no hay ternura, compasión y preocupación por los seres humanos. Es evidente la incoherencia de quien lucha contra el tráfico de animales en riesgo de extinción, pero permanece completamente indiferente ante la trata de personas, se desentiende de los pobres o se empeña en destruir a otro ser humano que le desagrada .