La Serena/Chile
“Una persona Vale más que un mundo, Frase que se hace vida hoy en esta certificación, ya que es un reconocimiento al esfuerzo y esmero…todos los que estamos en esta celebración queremos cambiar nuestra sociedad hacerla mas justa y menos descriminataria, soñamos compartir sin distinción de raza,color o apareciencias necesitamos justicia, misericordia y humildad… cada persona que llega a nuestra Casa se le acoge con cariño y respeto…Felicitaciones por seguir adelante a pesar de las dificultades como inmigrantes...”
Con estas palabras Hna.Guadalupe Lisambarth, inició el pasado 30 de noviembre la celebración de certificación de los participantes de los proyectos ganados con fondos del gobierno regional.
Enseguida Hna. M. Cristina Opazo, encargada de la Pastoral, inició la liturgia con el evangelio del Sembrador, quien invita a los presentes a abrir su corazón para dejarse guiar y crecer según los valores del evangelio.
Uno de los proyectos certificados en la jornada se denominó “Mujer, permacultura, Huertos Urbanos” donde aproximadamente 70 mujeres chilenas y migrantes los sectores de “Las Compañías”, “Tierras Blancas” y “Balmaceda” recibieron capacitaciones en temas de permacultura, creación de huertos urbanos, además de estrategias de riego tecnificado, riego a goteo y aprendieron la regla ecológica de las tres R: Recicla, Reduce y Reutiliza para aportar en el cuidado del medio ambiente en sus casas y con sus comunidades.
Estas mujeres fueron reconocidas con un diploma de honor, un set de herramientas, algunos almácigos con diversas semillas y un manual de conocimientos para implementar en sus hogares sus propios huertos urbanos sustentables.
El segundo que se llevó se llamó “Descubriendo Chile, aprendo el idioma” donde principalmente hombres y mujeres migrantes aprendieron en clases de formación ciudadana como funciona Chile política y administrativamente, se les enseño comidas, costumbres, regionalización, números de emergencias, redes de apoyo en los territorios en donde se despliegan, además se contó con una oficina de regularización que respondió todas las interrogantes de los beneficiarios por parte de un abogado y un grupo de estudiantes de la clínica jurídica de la Universidad Católica del Norte quienes respondieron dudas, apoyaron en casos judiciales, entregaron información importante por medio de charlas educativas en temáticas legales en temas sensible como son los deberes y derechos laborales de los y las migrantes. Asimismo, se contó con clases de español para nuestros hermanos y hermanas haitianas como una herramienta para poder desenvolverse de mejor manera en nuestro territorio nacional.
Los y las beneficiarias que cumplieron con el requisito de un 80% de asistencia en estos meses fueron reconocidos por medio de una certificación que acreditaba su participación donde se les entrego un cuaderno que en su interior llevaba cada uno de los temas tratados, con el fin de que este fuera una guía de consultas rápida en su vida cotidiana, más un set de útiles escolares para que siguieran con sus aprendizajes de manera autónoma.
Esta ceremonía contó con la participación de hna. Sonia Salas Baltierra, presidenta del directorio de la fundación y Beatriz Vilena, Directora ejecutiva.
“Las semillas se lanzaron y durante estos tres meses lograron florecer en cada una de las personas que fueron participe de estos proyectos”
Teresa Piñones/Fundación Madre Josefa