La Serena/Chile
Desde el inicio de su experiencia apostólica, en marzo de este año, la hermana Allison Carvajal nos relata la vivencia y aprendizaje de este periodo de su noviciado en la comunidad de La Serena.
“Durante el tiempo del noviciado se nos da la posibilidad de tener una experiencia en una comunidad, donde es posible vivir el día a día en una dinámica mucho más comunitaria, en vistas del apostolado y actividades propias de la diócesis.
Desde marzo hasta fines de agosto, La Serena fue mi comunidad para vivir esta experiencia donde pude conocer mucho más de cerca a las hermanas, laicos partner y destinatarios, especialmente mujeres, migrantes, niños y niñas.
Fue un tiempo maravilloso, donde me pude empapar del carisma hecho rostro, historia y vida de tantas personas que pasan por la comunidad, muchas veces queriendo que alguien los escuche y acoja, que les dé su apoyo, no tan solo material, sino también espiritual.
Después de esta experiencia me pude dar cuenta de la necesidad que tiene el mundo hoy de ser escuchado, de querer ser visto por alguien, que pueda tomar tu hombro y decir, yo estoy contigo. Tengo en mi corazón hoy rostros e historias que despertaron y le dieron sentido al voto de celo, agradezco también a esas personas por abrirme su corazón y darme la posibilidad de entrar en sus vidas.
Ampliar la mirada y el horizonte es realmente un desafío hoy, ya que tendemos a querer tener todo muy ordenado y estructurado, creo que esta experiencia me ayudó a poder mirar más allá y reconocer que muchas veces los sueños se hacen realidad y se vuelven más fecundos cuando se comparten, cuando somos capaces de dejar a un lado el deseo propio y darle lugar a uno común, donde el aporte de todos y todas vale.
Quisiera darle las gracias a la comunidad de La Serena, Hna. María Cristina, Hna. Angélica, Hna. Ana María y Hna. Guadalupe por darme ese espacio y acogida, a los laicos partner de la fundación Madre Josefa en ambos programas: Mujer y Familia y Migración, por acoger y compartir este trecho de sueños e ideas, por alentar y dar ánimo siempre, por ser equipo y hogar, pero por sobre todo gracias por compartir una vocación de servicio y querer un mundo mejor y más digno.
Solo puedo dar gracias a Dios por este gran regalo.”
Por. Hna. Allison Carvajal Arias