Me dejé seducir por santa María Eufrasia
La vocación de ser religiosa que sintió la hermana Susana Chaparro proviene de muy niña: "me preguntaban qué quería ser cuando sea grande y yo siempre dije monja". A la edad de 20 años descubrió que su vocación seguí latente: "tuve experiencias en otras casas religiosas pero yo siempre fui haciendo el quite porque no me convencía pero el Señor se valió de otros instrumentos y de otras personas". Y por los sucesos que nos relata descubrimos que se dio cuenta de su llamado cuando trabajaba para los demás: "apoyé a unos niños que tenían que hacer la Primera Comunión y como no tenían personas cercanas que fueran a las charlas entonces tuve que hacerme responsable yo y los catequistas, no supe cómo, se fueron dando cuenta y ellos fueron en búsqueda mía para que yo me preparara para este camino. Un día lunes, a las 4 de la tarde, deje la puerta abierta de mi casa y me encontré llorando en una Parroquia y ahí empezó mi inquietud".
El Buen Pastor
"El trabajo que se hacía en el Buen Pastor lo conocí primero a través de un libro donde encontré su historia y leí un párrafo de los textos de Santa María Eufrasia, me llamó la atención esa Congregación. Además dos personas conocidas formaban parte de esta familia y al contactarme más seguido con ellas sentí un llamado, algo me decía que ese era mi camino. Empecé a frecuentar más seguido a esas personas que estaban en el Buen Pastor, simplemente fui a verlas; comencé a visitar a las hermanas más seguido, fuimos conversando hasta que un día me hicieron pasar a la capilla y al ir yo allá vi la imagen de Santa María Eufrasia y tuve un impacto tan grande con esa imagen, sentí que ella me decía: Tú eres mía y desde ahí empezó mi camino".
La vida contemplativa
"Yo me guiaba más por la vida contemplativa, por la opción de la oración y el estilo de vida que no es un estilo de vida cómodo. Al ver esa imagen de Santa María Eufrasia yo sentí que ella me daba pautas para dedicarme a la vida contemplativa, fue un mensaje directo, en ningún momento sentí dudas. Siempre he estado en esa línea de estar más apartada, de recogimiento y contemplación. Sin embargo, al llegar a Santa María Eufrasia tuve muchos obstáculos, no fue fácil. Incluso una de las hermanas, antes de entrar al Consejo, me dijo que rece mucho pues mi permanencia en la Congregación estaba en duda, yo le respondí que no tenía problemas, que fue Santa María Eufrasia quien me metió en esto y ella sabrá si me quedo o no. El impacto que recibí con esa imagen fue tan fuerte que yo le dije a ella: mira tú sabes lo que me falta, tú sabes lo que necesito para ser religiosa, aquí estoy. Fue una decisión difícil porque sabía que era una opción de vida sacrificada, me dejé seducir por Santa María Eufrasia".
La gratitud siempre está por delante
"A lo mejor, si tuviera que optar de nuevo, volvería a elegir ser religiosa pero lo haría con más claridad, porque me costó decidirme pero ya en ciertas circunstancias encontré a personas que me ayudaron a discernir y ahí también tuve que decir al Señor: sabes ya no me hago más la sorda, los designios de Dios están siempre ahí.
Le doy gracias a Dios porque a pesar de todo Él, día a día me llama, Él sabe cómo soy y también agradecerle a Él porque a través de mi comunidad, a través de mi Congregación, de mi Provincia siempre hay algo que hacer porque desde ahí tengo que trabajar y entregarle a Él todo mi trabajo; hay que seguir el modelo de Santa María Eufrasia y la gratitud siempre está por delante. Quiero agradecer a la Congregación porque me considero una ovejita más del Buen Pastor".
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